viernes, mayo 21, 2010

“África Mía”

A cinco minutos de la Av. Occidental, subiendo por la calle Legarda se encuentra África Mía, un barrio con 14 casas iguales, construido por 14 mujeres negras originarias del Carchi.

Diana Carolina Borja es hija de Miriam Borja, una de las 14 mujeres que fundaron África Mía. Diana Relata la historia de su madre, su vida y sacrificios por no ser maltratada, explotada ni discriminada.

Miriam Borja es originaria del Carchi, ella llegó a la ciudad de Quito a la edad de 8 años. En estos tiempos todavía existían los hacendados, los cuales tenían una ideología de represión y esclavitud hacia la población negra de aquella época. Le ofrecieron educación y empleo, ella mantenía la esperanza que al llegar a la capital encontraría nuevos días para ella y su madre. Así fue separada de su madre y traída con engaños, sin embargo lo único que recibió por parte de las personas que la trajeron fue maltrato, explotación y exclusión por ser negra.

A parte de agresión psicológica recibía agresión física, esta era mediante latigazos y trabajo excesivo, para vivir le dieron una vivienda poco digna y su alimentación consistía en las sobras de la casa del hacendado. Bajo órdenes de los jefes, cuando se comunicaba con su madre o la iba a visitar su familia, ella tenía que decir que ahí la trataban muy bien y que se sentía muy contenta, caso contrario era reprimida. La situación de Miriam, es la misma de 13 mujeres más, las cuales vinieron engañadas y vieron frustrados sus sueños.

Después de varios años logran ser independiente, y van a vivir en las laderas del Pichincha, en el barrio de Santa Anita. Miriam conoce a un Brigitte Mcrscher, una joven Austriaca que hacía labor social en el Ecuador. Más conocida como “Brigitta”, esta joven ayudó a Miriam y a las 13 mujeres más junto a sus pequeños hijos. Las organizó y les planteó varios proyectos para que salgan adelante.

Organizaron un grupo de baile de música tradicional de los negros “La Bomba”, el cual les permitía hacer presentaciones y ganar un poco de dinero para su sustento.

También trabajaba junto a ellas un sacerdote, que les enseñaba sobre la historia de los afro- ecuatorianos en América Latina. Su baile y el conocimiento de sus raíces hizo que las mujeres decidieran que su grupo se llamaría “África Mía”. Su objetivo no era ser conocidas por el baile, sino que por medio de esta representación conozcan su historia y cultura. Este grupo se convertiría en un movimiento que luchaba por sus derechos y hacía respetar a su gente.

Posteriormente Brigitta junto a las 14 mujeres graban un video en 1995, donde narran su vida y explican sus necesidades. Este fue llevado al país natal de la extranjera. El regreso Brigitta trae consigo mucha esperanza y felicidad, las peticiones de las 14 mujeres fueron escuchadas. Tuvo apoyo y le dieron dinero y así se puso en marcha el anhelado proyecto, que era el Plan de Vivienda, ya que sus escasos recursos no les permitían ni tener un techo para ellas y sus hijos.

El problema principal que tenían era el racismo por parte de la población y el desinterés del Municipio en buscarles un terreno en donde pudieran construir sus casas. Buscaban por todas partes, pero por el hecho de ser de “negros” les negaban la entrada. Después de tanta búsqueda el fin compraron un terreno, pero los vecinos se negaron a convivir con ellas y mucho menos que vivieran eran juntas, por lo que el propietario del terreno se vio obligado a devolverles el dinero. Tras este fracaso las mujeres indignadas denunciaron el caso, fue publicado en periódicos y uno de ellos fue un periódico riobambeño. Muchos leyeron este caso y después de varios meses una mujer contactó a las señoras y les ofreció su terreno en venta, lo que actualmente es África Mía a la altura de la Av. Occidental subiendo por la calle Legarda, a lado del barrio “Atucucho”.

Ya con terreno propio las 14 mujeres, junto a Brigitta empezaron a construir las casas. No tenían ayuda alguna y mucho menos de gente de aquí, sino del apoyo internacional. Niños y mujeres se encargaban de la construcción, en muchas ocasiones no tenían ni que comer más que pequeños refrigerios. Las casas fueron construidas con arena cemento y madera, terminaban una y comenzaban por la otra. Así la construcción duró aproximadamente hasta el 2005. Finalizadas las 14 casas fueron sorteadas para ver a que familia le correspondía cada una, todas tenían el mismo diseño un piso y pintadas de color blanco.

Gracias a la ayuda de Brigitta, las 14 mujeres hicieron su sueño realidad. Barrios aledaños a África Mía veía la ayuda de la extranjera mal, considerándola lesbiana por solo trabajar con mujeres.

Ya con las casas empezaron a tramitar los servicios básicos, pero no eran escuchadas a los dos años les instalaron el servicio eléctrico y en noviembre del 2008 recién les dieron el servicio de agua potable. Todos esos años vivían de la ayuda de una señora, que les facilitaba el agua a cada familia y para obtener esta se turnaban.

Diana Borja manifiesta el inmenso orgullo que tiene por su madre, al construir su casa sola y sacar adelante a un grupo y a sus tres hermanos. Actualmente ella estudia Hotelería y Turismo en el Instituto Cordillera, es representante juvenil en la organización que mantiene África Mía. Son muy organizados mensualmente se reúnen para ir a misa, pero esta es diferente tienen un Cristo Negro y danzan en la ceremonia su famoso baile “La Bomba”.

Actualmente las personas que viven en África Mía ya no quieren dar testimonios, se sienten traicionados y utilizados. Muchos periodistas y medios de comunicación han ido a investigar, las personas han accedido a darles información y ellos han prometido ayudarles y que sus necesidades sean escuchadas, pero ha quedado en palabras nunca han vuelto. Patricia Lara una de las 14 mujeres fundadoras dice “Estoy cansada de tanta burla, es cierto somos pobres pero tenemos sentimientos”.

Diana Borja accedió a dar información sobre la gran historia de su madre, dice “Soy estudiante y no me gustaría que me cerraran la puerta y me negaran realizar mi trabajo”.

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