sábado, mayo 15, 2010

Ecuador y el abuso sexual a menores

En el Ecuador casos de pedofilia no se encuentran a menudo, o si los hay, no salen a la luz pública fácilmente. Sin embargo, las estadísticas de abuso sexual a menores, demuestran que tres de cada 10 niños sufren este maltrato. En su mayoría, las víctimas tienen su agresor dentro de su propio círculo social o familiar. Sin embargo, las denuncias en la Fiscalía son mínimas.

“Las víctimas usualmente antes del abuso pasan por tres momentos: primero la construcción de afecto, lo cual ayuda a la proximidad de los niños. Después la violación es sí. Y finamente viene la amenaza” explica Katy Barros, Abogada. Es por ello que las denuncias no se realizan y los casos en su generalidad quedan impunes.

Sólo en la ciudad de Quito, el maltrato sexual a menores es del 43.93%, el maltrato físico un 13.71% y el maltrato psicológico un 13.55%. Las estadísticas calculadas por una tasa de 100.000 habitantes, sostienen que el abuso por edades es de: 0 a 12 años, se presentan 19 casos de sexo femenino y 4 masculino. Y de 13 a 17 años es de 153 casos de sexo femenino y 2 masculino.

Uno de los casos más alarmantes de abuso en el Ecuador fue el caso Burdet -Cedeño. Jorge Burdet y Marina Concepción Cedeño abusaron sexualmente a más de una decena de niños en Galápagos. Las víctimas fueron obligadas a mantenerlo en secreto durante tres años. Además, de la docena de niños, violaron a su sobrina de diez años de edad. La pareja fue sentenciada a 25 años de prisión mayor especial.

Para la psicóloga Norma Tapia, el abuso sexual, es un tema muy delicado de tratar. Después del abuso, los niños deben tener un seguimiento psicológico.” El tratamiento no les ayuda a olvidar el hecho, pero sí los ayuda a superar y a continuar su vida normal”.

En una encuesta realizada en el 2009 por La Defensa de Niños y Niñas Internacional Capítulo Ecuador (DNI), en la que se incluyó a jóvenes de 15 a 18 años, se determinó que el 21% de esta población fue víctima de algún tipo de violencia o abuso sexual. En su mayoría los agresores fueron familiares, profesores o jefes de culto.

Según el artículo 68 del Código de la Niñez y Adolescencia, establece que “el abuso sexual es todo contacto físico, sugerencia de naturaleza sexual, a los que se somete e un niño o adolescente, aun con aparente consentimiento, mediante seducción, chantaje, intimidación, engaños, amenazas o cualquier medio”

Es por ello que la denuncia que realizan en una Fiscalía, en la Policía Judicial (PJ) o en la Jefatura de Pichincha de la Dinapen, no necesariamente por un abuso sexual. ”La ley considera como un abuso grave a un menor, manosearlo o tocarlo”, sostiene Barros.

Fuente: blog.luismaram.com



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